miércoles, 17 de agosto de 2011

Paraíso Terrenal

¡Hola amigos! Hace mucho que no escribo, estoy bastante desconectada del mundo. Mi vida nuevamente ha dado un cambio radical. ¡Ahora vivo en un paraíso terrenal! Una preciosa isla llamada Mallorca, con playas increíbles, aguas caribeñas, clima sorprendente y gente maravillosa. ¡Qué feliz soy!

Se acabó el trabajo cutre y salchichero que tenía antes, se acabaron las depresiones, el estrés, los malos rollos. Y qué bien me ha venido. Soy una nueva y renovada Sophia, otra vez con ganas de hacer cosas, de ponerme nuevos retos, vamos, con ganas de vivir y explorar todo lo que me rodea.

Resulta increíble cómo te puede cambiar tanto el tomar una simple decisión, mudarte o no mudarte, he ahí la cuestión. Y aunque ha sido bastante duro, sobre todo al principio, ahora me doy cuenta de que he hecho lo correcto.

Tengo un trabajo normal, es decir, un trabajo en el cual no me putean y me voy a casa lista para disfrutar de mi tiempo de ocio. Tengo compañeros de trabajo que están hartos, pero yo estoy feliz, me siento como si hubiese salido del infierno para tocar el cielo.

Realmente no deja de ser una vida, a fin de cuentas, nueva vida pero vida rutinaria al fin y al cabo. No tiene nada de especial. Me levanto todos los días a la misma hora, me voy al trabajo, vuelvo del trabajo, me tiro en el sofá y juego a la play o leo un libro o me voy por ahí a dar una vuelta con los perros. Pero me siento como si estuviese de vacaciones, había olvidado lo que significa "desconectar" cuando llegas a casa. No llevarte problemas, ni angustias, ni injusticias. Y lo mejor son los fines de semana. Saco mi espíritu explorador, oculto bajo capas de tristeza durante bastante tiempo, y me voy con mi adorado coche a recorrer la isla, cada finde por lo menos encuentro una cala nueva en la que paso el día comiéndome un bocata (sombrilla en mano y protección 30, que soy muy blanca).

Si vuestra vida os incordia tanto como me incordiaba a mí la mía, no dudéis si se os presenta una oportunidad. La recompensa puede ser algo tan simple y maravilloso como reencontraros a vosotros mismos.