Hoy he ido a comer con mis compañeros de trabajo, y hablando y hablando del tema de la boda, comentaba lo mucho que detesto ir de compras, y por consiguiente el agobio tan enorme que tengo de pensar en trajes de novia, sitio de boda, menú de invitados, etc. Y me han mirado un poco con cara de "qué rara eres". Pero a lo mejor no soy yo la rara, a lo mejor el mundo tiene una idea equivocada de las mujeres.
Odio las compras, las odio con toda mi alma. Odio pasarme la tarde de tienda en tienda, asfixiada de calor, haciendo cola para probarme una camiseta que luego no me queda bien, esperando un cuarto de hora para pagar. La ropa que compro procede o bien de un impulso pasando por delante de un escaparate (o puesto del rastro), o bien porque de vez en cuando mi novio me lleva a rastras a un centro comercial. ¿Soy rara por esto? Me juego algo a que más de una piensa igual.
Odio pasarme una hora arreglándome. En casa, generalmente tardo yo menos que mi novio en arreglarme. Me saca de quicio pasarme un rato con el brazo en alto y con el secador en alto, asi que siempre que el tiempo lo permite me voy con el pelo mojado. Sólo me maquillo en ocasiones especiales (y el trabajo no es considerado una ocasión especial, jejeje). Eso por no hablar de los tacones, ese horrible objeto de tortura cuya única finalidad es que la mujer sufra para regocijo del hombre, que se le cae la baba ante el conjunto de falda con tacones. Antes me los ponía los fines de semana, cuando salía de juerga, pero es que ya ni eso, me supera, ¡qué dolor de pies más insoportable! Así que han pasado a formar parte del fondo oscuro del armario, ahora lo máximo que hago es salir con sandalias de esas que tiene 2 cm de nivel.
Y ahora que llega el verano, ¡por fin podré ir a la playita! Pero no a tomar el sol, sino a estar con mi colchoneta en el agua haciendo el chorra, que es lo que me hace feliz. Y es que hasta en esto me salgo del tópico, porque lo de ponerme en la toalla vuelta y vuelta y pasarme así la tarde me parece lo más aburrido del mundo, además de ser insoportable, con el calor que hace y el sol pegando a muerte... cuando lo he intentado, a los dos minutos de estar tumbada de frente me han empezado a caer lagrimitas por los lados porque la luz me hace llorar aunque tenga los ojos cerrados. Hubo una temporada que me compré una especie de cubreojos, que era una cosa extraña de plástico que luego te dejaba una marca blanca en el puente de la nariz. Con lo bien que se está en el mar. Cuando voy a la playa me paso la tarde entera o bien haciendo volteretas en el agua (volteretas, el pino, el reto de subir a la colchoneta dos personas a la vez...), o bien me quedo en la orilla haciendo murallas, o agujeros para encontrar agua, o tirándole arena mojada en forma de albóndiga a Fran. ¿Esto también es atípico?
¿Realmente soy la antimujer? ¿O tal vez no existan los tópicos con los que todos contamos? Porque siempre hablamos de hombres y mujeres, pero no existen dos mujeres iguales, ni dos hombres. Y de ser ciertos estos tópicos... ¡Oh, no! ¡Soy un tío! :D
Odio las compras, las odio con toda mi alma. Odio pasarme la tarde de tienda en tienda, asfixiada de calor, haciendo cola para probarme una camiseta que luego no me queda bien, esperando un cuarto de hora para pagar. La ropa que compro procede o bien de un impulso pasando por delante de un escaparate (o puesto del rastro), o bien porque de vez en cuando mi novio me lleva a rastras a un centro comercial. ¿Soy rara por esto? Me juego algo a que más de una piensa igual.
Odio pasarme una hora arreglándome. En casa, generalmente tardo yo menos que mi novio en arreglarme. Me saca de quicio pasarme un rato con el brazo en alto y con el secador en alto, asi que siempre que el tiempo lo permite me voy con el pelo mojado. Sólo me maquillo en ocasiones especiales (y el trabajo no es considerado una ocasión especial, jejeje). Eso por no hablar de los tacones, ese horrible objeto de tortura cuya única finalidad es que la mujer sufra para regocijo del hombre, que se le cae la baba ante el conjunto de falda con tacones. Antes me los ponía los fines de semana, cuando salía de juerga, pero es que ya ni eso, me supera, ¡qué dolor de pies más insoportable! Así que han pasado a formar parte del fondo oscuro del armario, ahora lo máximo que hago es salir con sandalias de esas que tiene 2 cm de nivel.
Y ahora que llega el verano, ¡por fin podré ir a la playita! Pero no a tomar el sol, sino a estar con mi colchoneta en el agua haciendo el chorra, que es lo que me hace feliz. Y es que hasta en esto me salgo del tópico, porque lo de ponerme en la toalla vuelta y vuelta y pasarme así la tarde me parece lo más aburrido del mundo, además de ser insoportable, con el calor que hace y el sol pegando a muerte... cuando lo he intentado, a los dos minutos de estar tumbada de frente me han empezado a caer lagrimitas por los lados porque la luz me hace llorar aunque tenga los ojos cerrados. Hubo una temporada que me compré una especie de cubreojos, que era una cosa extraña de plástico que luego te dejaba una marca blanca en el puente de la nariz. Con lo bien que se está en el mar. Cuando voy a la playa me paso la tarde entera o bien haciendo volteretas en el agua (volteretas, el pino, el reto de subir a la colchoneta dos personas a la vez...), o bien me quedo en la orilla haciendo murallas, o agujeros para encontrar agua, o tirándole arena mojada en forma de albóndiga a Fran. ¿Esto también es atípico?
¿Realmente soy la antimujer? ¿O tal vez no existan los tópicos con los que todos contamos? Porque siempre hablamos de hombres y mujeres, pero no existen dos mujeres iguales, ni dos hombres. Y de ser ciertos estos tópicos... ¡Oh, no! ¡Soy un tío! :D