sábado, 22 de noviembre de 2008

Se acerca el día


¡Ay, qué poquito me queda ya! Tan sólo dos semanas, dos semanas justitas. Dentro de dos semanas a estas horas mi casa estará llena de familiares de Madrid, de amigas, de tazas de café y nesquik, peluquera, mi amiga Virginia con el maquillaje preparado, ... bufff, ¡qué miedo! Pero no nos adelantemos, aún me quedan 14 días.

Ayer fuimos a por los anillos, ¡qué bonito! Y a cerrar de una vez el viaje de novios. Me voy a Egipto, de crucero por el Nilo, qué bien suena, estoy deseándolo. Bueno, pues este fin de semana es el último que estaré en Estepona antes del de la boda. Hoy tengo un día super mega ajetreado. Dentro de un rato tengo que ir al banco a sacar dinero, de ahí a la agencia de viajes a pagar la reserva, corriendo con Kurilia para hacer la prueba de la tarta y que me den el presupuesto, llamar a la peluquera para ver si puede venir a hacerme un amago del peinado definitivo, y descansar un poquillo porque esta noche tengo... ¡despedida de soltera! Se está encargando de todo mi amiga Aida, y no sé qué tendrá pensado pero promete. Por lo visto le ha contado a mi madre tan sólo la mitad de los planes que tiene, y mi pobre madre se ha asustado. Ya os contaré...

Ya el domingo (mañana) nos quedará ir a hablar con el encargado del convite. Pero hoy lo hago todo yo sola. Y os preguntaréis, ¿dónde está tu futuro marido, ese que quiere casarse contigo? Pues amigos, está de despedida de soltero, ¡desde ayer hasta mañana! Él sí que sabe, qué bien se lo monta, ahora mismo debe estar durmiendo la mona en una casita de campo con todos los amigos mientras yo me voy a hacer los 5 millones de recados. ¿No os parece un poco sospechoso? ¿Qué hacen 15 tíos juntos en una casa de campo? No se si me asusta más pensar que llevarán de estrangis a tías o que no las llevarán, no se lo que es peor. Espero que mañana siga queriendo casarse, que con lo que nos está costando organizarlo todo...

Finalmente, vienen unas 80 personas, y cuál ha sido mi sorpresa, ¡viene mi querido amigo Juanma! Qué ilusión más grande me ha hecho, no os lo podéis imaginar. Es un valiente, venir hasta Estepona con su novia, pasar la noche en un hotel y juntarse con tantos borrachos. De mi trabajo también se ha apuntado Ignacio, otro valiente que además viene completamente solo, sin pareja. Y por supuesto, Angeladini y Jacobo no pueden faltar (este último, más por el novio que por mí, jejejeje, aunque si fuese sólo yo sé que también vendría).

¿Sabéis qué ha sido lo más impactante con diferencia de todo esto? Ayer tuvo que ir Fran al registro a recoger los papeles (si, ya por fín podemos casarnos de forma oficial). Cuando hablé con él le dije "Bueno cariño, se acabó, ya no hay que ir más al registro". Y él me contestó "me han dicho que ya sólo nos queda pasarnos un mes después de la boda para recoger nuestro nuevo libro de familia". Nuevo libro de familia, eso sí que no lo había pensado. ¡Fran y yo ahora vamos a ser una familia! ¿Eso que significa, voy a dejar de ser "hija de" para pasar a ser "esposa de"? Ains, qué fuerte, qué cosas más impactantes. Si soy una cría, ¿cómo puedo ser yo unidad familiar con un marido? Vale vale, ya me calmo.

Me quedan dos semanas de estrés, histeria y agotamiento. Pero puedo hacerlo, todos pueden, yo también. Ya os contaré qué tal fué la despedida de soltera, y cuántas pichas me hicieron llevar por la calle (porque fijo que alguna cae...). ¡Allá vamos! :D

sábado, 8 de noviembre de 2008

Diario secreto de Sophia


¿Alguna vez habéis escrito un diario?

Tenía 10 años cuando comencé mi primer diario. No sé cómo se me ocurrió la idea de comprarme uno, pero desde ese día tomé por costumbre escribir en él. Serían cosas de niñas, supongo yo, pero el caso es que continué escribiendo diarios hasta los 22 años. Encontré un pequeño refugio en cada página que escribía, un lugar en el que siempre podía ser sincera, plasmar mis inquietudes, mis ilusiones, mi día a día. Después, entre los estudios, empezar a trabajar, y sobre todo comenzar mi relación con mi Fran, pues poco a poco dejé de escribir, estaba liada, no tenía tiempo y finalmente cayó en el olvido. Desde entonces he empezado varios en forma de documento word que he borrado al cabo de un mes porque me parecían chorradas. Hasta que llegó el blog. Sé que no es el clásico blog bitácora donde escribo mi día a día, pero sí que es el sitio al que acudo a dejar parte de mis historias y de mis pensamientos.

Llevo 6 años sin escribir diarios, y ahora me doy cuenta del grave error que he cometido. Siento que he perdido gran parte de estos años tan felices que he vivido. Desde que se ha metido en mi vida la cámara digital, el 70% de mis recuerdos se ciñen a esas fotos, pero es un arma de doble filo, ya que la cámara me la suelo llevar para ocasiones especiales, ya sea una cena, un cumpleaños o un viaje, pero ¿en qué foto puedo rememorar mi día a día, que a fin de cuentas es lo que realmente me marca? Y es que mi memoria ya no es la de antes, puedo recordar lo que hice ayer, pero si pienso en la semana pasada, pues todo se vuelve borroso. Si alguna noche quedé con alguien a quien no veía hace tiempo, eso sí que lo recuerdo, pero cada tarde que salgo del trabajo y puede considerarse rutinaria cae en el olvido. Es una pena, porque realmente cada hora de mi vida está llena de pequeños matices, de mini anécdotas que olvidaré dentro de poco. Ese café que terminó en forma de ataque de risa en el trabajo, ese simpático cabreo que se agarró mi novio cuando sin querer sobreescribió su partida de la play en el bloque de memoria equivocado, ese mando de la tele mordisqueado por Kimi, ... ¡no quiero seguir perdiendo mis recuerdos! Y sólo hablo de hechos, pero también tengo inquietudes e ilusiones diarias que necesito expresar.

No sé por qué tengo tanta necesidad de expresarme y de valorar estos pequeños detalles. Mi madre me explicó que a las mujeres nos viene de lejos. Me dijo que leyó en un libro que el hombre desde la época de las cavernas se dedicaba a la caza, lo que le hacía fijarse siempre en el horizonte, en el plano general, vigilante, silencioso, mientras que las mujeres se dedicaban a las pequeñas tareas, curtir pieles, fabricar pequeños objetos, cocinar, coser, todo juntas, en grupo. Y que por eso las mujeres tendemos a ser más observadores con el día a día y nos preocupamos tanto por detalles que pueden resultar tontos, y sobre todo la necesidad que tenemos de hablar y hablar y hablar y expresarnos. Podría ser, desde luego es una teoría interesante.

Finalmente, tras mucho pensarlo, me he decidido y ¡me he comprado un nuevo diario! Un diario horroroso que se llama "Mi primera comunión. Mi diario". Jajajajajaja, ¡esto no es serio! ¡Necesito uno de adultos! Eso sí, con su candadito dorado, que si no no tiene gracia...