¡Bien, en una semana estaré de vacaciones! Dos semanitas en casa, en Estepona, comiendo comiditas caseras y bajando a la playa a diario. Pero estas vacaciones son un poco distintas a las que suelo tener. ¡Tengo que organizar una boda! Buf, sólo de pensarlo me invade el pánico. Todo lo que odio va a pasar a ser mi dedicación principal en mis días de descanso.
Lo primero de todo, buscar un vestido de novia. ¡¡Con lo que odio ir de compras!! Yo sólo quería comprarme un vestido por Internet y hacerle un par de retoques, fácil y barato. Pero a mi tía (y madrina) por poco le da un soponcio ante mi brillante idea, y me ha dicho que no, que ella me lo paga pero que compramos un vestido de verdad. ¿Y que significa eso de un vestido de verdad? Pues significa un vestido que tardas 10 tardes de tu vida en buscar, probarte y reprobarte, ver revistas, hablar con las tiendas, que te enseñen catálogos... aagghh, me canso sólo de pensarlo.
También tengo que ir a ver mil millones de sitios para celebrar la boda. Precios, menús, número de personas... Todo el mundo me habla de sitios que conocen, que si este es muy barato pero piden que lleves 250 personas (creo que no conozco a tantas, jejeje), que si el otro es más caro pero está fenomenal, que si una amiga lo hizo en una nave y aparte contrató un servicio de cátering,..
Y eso por no hablar del viaje de novios. Aún no se dónde iremos, y nos quedan 4 meses. ¡¡Qué agobio!! Tal vez a Egipto, aunque a mi novio no le tira mucho.
El papeleo mejor lo dejamos para otro día, que vaya tela.
Qué difícil es casarse, y menos mal que dentro de todo, nosotros hemos fijado la fecha 6 meses después de decidirlo, que si tuviese que pasarme un año y pico así creo que me volvería loca. Las bodas deberían ser más fáciles, para gente como yo. El otro día leí en nosedonde (vale, esto puede que no quede muy periodístico) que muchas parejas rompen desde que deciden casarse hasta que llega el día, y no me extraña demasiado. Conste que no seré una de esas, que ya que lo hemos decidido, sólo por no enfrentarme a mi madre me casaré (jejeje, esto lo digo con todo mi cariño).
¿Por qué no puedo ser una novia normal? ¿Por qué no puedo estar super emocionada de la muerte, soñando con el famoso día, con chispitas en los ojos? ¿Por qué soy así? ¿Cómo puede alguien querer casarse conmigo, con lo histérica que soy? Fran tiene el cielo ganado conmigo.
Lo primero de todo, buscar un vestido de novia. ¡¡Con lo que odio ir de compras!! Yo sólo quería comprarme un vestido por Internet y hacerle un par de retoques, fácil y barato. Pero a mi tía (y madrina) por poco le da un soponcio ante mi brillante idea, y me ha dicho que no, que ella me lo paga pero que compramos un vestido de verdad. ¿Y que significa eso de un vestido de verdad? Pues significa un vestido que tardas 10 tardes de tu vida en buscar, probarte y reprobarte, ver revistas, hablar con las tiendas, que te enseñen catálogos... aagghh, me canso sólo de pensarlo.
También tengo que ir a ver mil millones de sitios para celebrar la boda. Precios, menús, número de personas... Todo el mundo me habla de sitios que conocen, que si este es muy barato pero piden que lleves 250 personas (creo que no conozco a tantas, jejeje), que si el otro es más caro pero está fenomenal, que si una amiga lo hizo en una nave y aparte contrató un servicio de cátering,..
Y eso por no hablar del viaje de novios. Aún no se dónde iremos, y nos quedan 4 meses. ¡¡Qué agobio!! Tal vez a Egipto, aunque a mi novio no le tira mucho.
El papeleo mejor lo dejamos para otro día, que vaya tela.
Qué difícil es casarse, y menos mal que dentro de todo, nosotros hemos fijado la fecha 6 meses después de decidirlo, que si tuviese que pasarme un año y pico así creo que me volvería loca. Las bodas deberían ser más fáciles, para gente como yo. El otro día leí en nosedonde (vale, esto puede que no quede muy periodístico) que muchas parejas rompen desde que deciden casarse hasta que llega el día, y no me extraña demasiado. Conste que no seré una de esas, que ya que lo hemos decidido, sólo por no enfrentarme a mi madre me casaré (jejeje, esto lo digo con todo mi cariño).
¿Por qué no puedo ser una novia normal? ¿Por qué no puedo estar super emocionada de la muerte, soñando con el famoso día, con chispitas en los ojos? ¿Por qué soy así? ¿Cómo puede alguien querer casarse conmigo, con lo histérica que soy? Fran tiene el cielo ganado conmigo.