jueves, 14 de junio de 2007

Operación morquini


¡Ya esta aquí el verano! Ha llegado el calorcito, y todo lo que ello conlleva: cambio de zapatos por sandalias, de pantalones por falda, de color blanco y paliducho en la piel por un doradito salvaje, … pero para mi conlleva otra cosa: cambio de tener mis michelines ocultos en la intimidad de mi hogar a tener que exhibirlos por todo Málaga. No se qué les pasa a mis biquinis, yo creo que se pasan todo el invierno encogiéndose en el cajón, porque cuando voy a ponérmelos en julio las carnes me asoman mucho más que el año anterior. Lo mismo soy sonámbula y me he dedicado a lavarlos con agua a 50º en las frías noches de enero… pero me da de que no. Así que este año, una vez más y aunque me pese reconocerlo, me ha vuelto a pillar el toro. Ya por febrero me propuse seriamente comenzar la operación biquini, y decidí cenar fruta, hacer deporte, comer más verdura, en resumen, apostar por una vida sana. Pero otra vez he vuelto a transformar mis bellos propósitos en mi particular operación morquini, que consiste en saltarse la dieta “de vez en cuando”, ir al gimnasio mañana que hoy estoy cansada, una cervecita con patatas que no le engorda a nadie,… hasta que he conseguido parecer una morcilla cuando me pongo el biquini. Y para colmo, me he dado cuenta de que mi grasa se está expandiendo, ya que todos los veranos me compro un biquini nuevo porque el del año anterior misteriosamente me queda demasiado apretado, de forma que tengo el repertorio completo de tallas metidas en mi cajón: desde la 38 hasta la 40 y… pico.
Y luego miro a mi novio feliz de la vida y me empiezo a relajar… él también ha cogido algún kilillo de más, y no le veo preocupado, sigue con sus bañadores todo contento en la playita, si le queda más apretado de la cuenta no pasa nada, ya dará de si. Y es que es cierto, parece que el verano es una tortura para las mujeres y una dicha para los hombres. Cuando llega el buen tiempo, ellos se ponen contentísimos a mirar mini-faldas, piernas morenas y bien torneadas, chicas por la playa medio desnudas, espalditas al aire, escotes preciosos con vestidos de encaje… Pero, ¿Qué nos sucede a nosotras cuando llega este soñado buen tiempo? Que tenemos que depilarnos cada dos por tres, incluso zonas que el resto del año preferiríamos no tocar, echarnos mil cremas para que no se nos despelleje la piel después de tomar el sol, llevar los pies perfectos, esconder toda la ropa que ahora hace más evidente cualquier gramo que hayamos adquirido de más en el invierno, lavarnos el pelo casi a diario, tener cuidado con el maquillaje no sea que se nos derrita con el calor… ¡que estrés! ¡Y todo para estar perfectas y que nadie dude de lo maravillosas y naturales que somos! Mientras tanto ellos van con sus barriguitas (“no estoy gordo, estoy fuertecito”), sus pelos en el pecho(“el auténtico macho hispano es de pelo en pecho, nunca se lo quitaría”), sus pantalones cortos adornados con las patas peludas y las uñas de los pies negros (“Mis piernas son así, pero tú sigue depilándote que me encanta tocar tus suaves piernas”). Como todo me parece muy injusto, cada año intento reivindicar el cuerpo auténtico femenino, compuesto por curvas, caderas, culo y barriguita. Es más, yo misma en otra era habría sido una auténtica Venus o una Maja de esas tan majas que pintaba Goya. Una de mis metas es aceptarme cada verano un poco más que el anterior, a ver si consigo ser feliz con lo que tengo y dejo de torturarme para conseguir la perfección tan ansiada y tan lejana… o eso, o me trago 2 botellas de fairy al día, a ver si es verdad que es el milagro anti-grasa.

domingo, 3 de junio de 2007

Va de perlas

Buenas tardes señores, señoras, señoritas... hablando esta tarde con las chicas, me ha entrado de nuevo el gusanillo por escribir algo en el blog; la amenza, algo directa de cuatro piernas en la costa, cuatro brazos... me ha hecho sentir cierta envidia por lo divertido que resulta, una vez que estas dentro, leer los comentarios, los artículos, y todas las chorradas que mis queridas colaboradoras comparten con todos los que nos visitan. Así que vuelvo al lío, pero sin agobios eh?? que es cierto que tengo mucho trabajo, poco tiempo y mi ordenador se está quedando en ya en la edad piedra.


Bueno, pues una vez hecha la presentación de mi vuelta a los ruedos, os comento una de las típicas conversaciones de chicas que se aproximan a la treintena, y que ven como sus pieles, cuerpos, y descolgamientos son cada vez más amenazantes. La pregunta es ¿quién parece máS vieja de las cuatro?, respuesta: tú, porque llevas perlas!!!!!! ahí lo llevas, "yo, porque llevo perlas" (en las orejas eh!!!). Ante tal respuesta, y las numerosas risas que parece ocasionar el comentario, yo me callo y las miro detenidamente, una por una, observando defectos, y pensando ¿cómo de cruel soy?, empiezo por decirles que se miren al espejo y se observen en espejos con aumento, de esos que sirven para depilarse las cejas... o, ¿soy más cruel aún?, y digo: !!!pero tu te has visto bien¡¡¡¡ por supuesto, siempre acompañado de una risa malvada, y una cara de .... de mala, jajajaja, y ahí ya te la cargas. Bueno, en realidad no les he dicho nada, no estaba inspirada en el momento, lo de las perlas me ha dejado impactada, pero aseguro que todas ya tienen la típica arruga de expresión, porque si no lo sabeis, ahora las arrugas se llaman arrugas de expresión.


En fin, que ya vamos pa viejas y pa eso no hay remedio. Por cierto, el otro día si que pensamos la rubia la cara de vieja que debíamos tener cuando estando en el Puerto de marcha al lado de unas chicas que repartían entradas para plató, incluso paraban a la gente para darles entradas y a nosotras nos apartaron, jajajaja, nos miramos y no pudimos evitar partirnos de risa, es, como diría Tamara falsa, PATÉTICO, por supuesto después de tomarnos dos copillas cada una tiró para casa pensando ¿dónde quedaría nuestro glamour?.


Y bueno, cambiando un poco de tema, yo no me paso el día viendo porno como creen mis amigas, jajajaja, en serio, piensan eso porque dicen que no es posible que siempre sea yo la que en bares de marcha vea parejas medio folleteandose con ropa (claró está), y poniendo caras de placer (os pondría la cara pero sería desvelar mi identidad, jajaja), jolines, en serio yo creo que mi presencia les provoca, o yo que se que les pasa a la gente en los bares que se vuelven locos y locas. Precisamente la postal del otro día era una chica levantandose la falda y tres o cuatro maromos tocandole el potorro, jajajaja, mi cara era la misma que seguramente acabais de poner ahora mismo, os lo juro, y de verdad que yo voy a los bares donde va gente normal, en serio, pero yo no se lo que pasa, igual tiene algo que ver el cambio climático.....


En fin, besos para todos, nos vemos.