viernes, 21 de diciembre de 2007

¡Feliz Navidad!


Hoy me voy una semana de vacaciones a Estepona, a comer y beber todo lo posible, a dar regalos, abrir los míos, y poner el árbol de navidad. ¡Qué bien! Lo único malo es que probablemente no tenga Internet unos días, pero ¡volveré! Os deseo a todos una feliz navipeich de la forma más descriptiva que sé, con un christma y un cuento navideño.

http://reflexionesmediterraneas.blogspot.com/2007/12/cuento-de-navidad.html

El cuento es por cortesía de Io, os lo recomiendo encarecidamente. Y los protagonistas del christma son mi perra y mi gato, y no, no es un montaje, están vestidos así.

¡FELICES FIESTAS!

lunes, 17 de diciembre de 2007

A veces


A veces tengo la sensación de que tengo un exceso de vida, quiero correr más rápido de lo que el resto del mundo puede. A veces pienso que estoy viviendo una vida que no me corresponde, que se me escapan los días y los años. A veces estoy bien, y doy gracias por lo que tengo. A veces quiero huir de todo lo conocido. Según el día, veo las cosas de una forma u otra, pero no hay dos días en que piense igual. A veces creo que soy una inmadura. A veces creo que soy una viejecita en un cuerpo de veintimuchos. A veces quiero retroceder a los 15 años, y otras veces avanzar hasta ser madre. ¿Por qué seré así? ¿Nos pasará a todas las personas, tal vez a todas las mujeres, o seré yo? ¿Por qué seré tan inestable, tan insegura? ¿Por qué me planteo tantas cosas? A veces quiero reír, a veces quiero llorar. Hay días en los que me siento atrapada en una vida que yo misma elegí y de la que no se salir, y me gustaría irme muy lejos, pero luego pienso que no valdría para nada, ya que nuestra vida la hacemos nosotros mismos, si hay algo que no funciona posiblemente lo repitamos en otro lugar. Tal vez esté un poco desencantada, me siento con muchas ganas de hacer cosas pero sin espacio para desenvolverme. Y dicen que es muy fácil cambiar de vida, es cierto, yo ya lo he hecho unas cuantas veces, pero al final todo vuelve a ser lo mismo. Si ahora mismo alguien me dijese. “Venga, dime lo que quieres y lo haré realidad”, es que no se qué le pediría. No hay nada más terrible que perder la ilusión, tal vez sea eso lo que me pase. Siempre he destacado por mi exceso de alegría, pero cuando me decaigo es como si apagasen las luces de todo lo que me rodea. Menos mal que ya está ahí la Navidad, siempre me sube la moral.

Por si nadie lo ha notado, estoy decaída, no me hagáis mucho caso que en un par de días estaré perfectamente.


miércoles, 5 de diciembre de 2007

Época de regalos


¡Ya se acerca la Navidad! Qué tendrán estas fechas, que todos estamos más felices. Aún quedan tres semanas enteritas, y ya se nota en el ambiente la ilusión, la gente está más hiperactiva y con más ganas de reirse. En el trabajo ya nos hemos repartido las papeletas del amigo invisible, y estamos planeando la comida de empresa. Adoro las luces que iluminan los rincones de la ciudad, los villancicos y los Christmas. ¡Me encantan estas fechas! Y eso que son estrés en estado puro: que si los regalos, que si los langostinos, dónde pasaremos el fin de año, qué me pondré, ... hay que hacer muchas cosas en muy poco tiempo.

Para mí lo más difícil es el tema de los regalos. Entre familia, novio, amigos y suegra no doy a basto, mi cerebro se queda sin ideas, pero al final todos los años consigo salir victoriosa, espero que este no año no sea la excepción que confirma la regla, aunque por si acaso esta vez he decidido no dejar las compras para la última semana. Ya tengo el congelador lleno de ricos carabineros (el precio mejor lo dejamos para otro día), langostinos y un buey de mar, y dos botellas de vino en la despensa. Regalos aún ninguno, pero aprovecharé el puente.

Lo único que tengo claro a día de hoy es lo que le voy a regalar a mi novio, pero es que me lo ha puesto demasiado fácil. Me mandó un correo el otro día tal que así:

"Esta es la tarjeta de sonido que quiero, CREATIVE Sound Blaster X-Fi Xtreme Gamer. Tiene que se este modelo, porque las otras son mucho mas caras, o no tienen lo que quiero. Si tienes pensado algún otro regalo, házmelo si quieres, que seguro que me hará muchísima ilusión".

¿Pero es que ya no hay cabida a las sorpresas? ¿no es más mágico mirar ese paquete con su papel de colores, y no saber lo que tiene entro? ¡Claro que tenía pensado algún otro regalo! Pero ahora cualquiera se lo hace. Bueno, no todos entendemos los regalos de la misma forma, así que al final trataré de hacerle felíz, que es de lo que se trata, si tengo que regalarle la cosa esa para el pc, que así sea. Lo que pasa es que en general mi novio es mal receptor. No es la primera vez que he estado un mes entero buscando ese detalle ideal de la muerte que le iba a hacer caer rendido a mis pies, soñando cada noche con la cara que pondría cuando lo abriese, y me he quedado como si me hubiesen echado un jarro de agua fría. Y no es que no le gusten las cosas que le busco, es que tiene una primera reacción muy mala.

Es algo parecido a lo que me sucede con mi amiga Maria José, que también se las trae. Hace un par de años, por ejemplo, le compré para el trabajo unos muñequitos navideños que me parecieron muy graciosos. Un osito blanco con alitas y otro animalito que no recuerdo lo que era, pero si le apretabas se ponía a cantar villancicos. Los tuve en casa dos semanas, escondiéndolos cada vez que ella venía para que no los viese, esperando el momento perfecto para sorprenderla. Y cuando por fín llegó el día, se los puse en su ordenador y me quedé esperando que llegase, a ver qué cara se le quedaba. Y no fué como yo había imaginado. Se puso muy seria, mirándome fijamente y me dijo: "¿Qué es esto?" Y yo, con mi sonrisita. "¡Es para tí, sorpresa!". Bueno, pues como si le hubiese regalado una cucaracha muerta, empezó a mirar a todos lados mientras me decía: "Qué cosa más fea, que horterada, cualquiera que lo vea qué va a pensar de mí", y ya cuando apreté uno de los muñequitos y empezó a cantar villancicos, lo metió en la cajonera y lo tapó con varios papeles. Después lanzó el osito con alitas a la otra punta de la sala y se lo regaló a otro compañero. Estuve traumatizada durante semanas, y siempre que tengo ocasión se lo echo en cara. Pero esta característica de mi Mari es una de tantas que la hacen especial y diferente, he aprendido a aceptarlo y cada regalo que le tengo que hacer es un reto. Por su parte, ella practica caras de ilusión en el espejo, igual que mi novio. Vaya dos, ¿será cosa de los Aries? ¿O será que en estas épocas sale a relucir la niña que hay en mí? En cualquier caso, serán unas semanas apasionantes llenas de buenos propósitos.

¡Suerte a todos con las compras!