Desde hace unos años no puedo concebir mi vida sin mis bichos, es decir, mi perra (Chuchilla gordita) y mi gato (Bichillo). La felicidad que me dan superan con creces tener que cambiar el cajón o sacar a la perra de paseo. Jamás podré comprender a los desalmados que abandonan a sus animales, pero gracias a uno de ellos tengo yo a mi perra en casa. La recogí de la perrera hace 10 años y pico, y desde entonces ha sido mi compañera de viaje y de vida. Hemos ido juntas a Málaga, Estepona, Marbella, Almería, Granada, Sevilla y Madrid, y tiene una camita en el coche. Cada noche duerme conmigo, en el lado izquierdo de la cama, mi novio en el derecho y yo soy el jamón del sándwich, como quien dice. Mi gato me acompaña desde hace 2 años, también lo recogí (en realidad lo cacé) de la calle. Era semi-salvaje, llevaba un año en la calle y un coche había pasado por encima de su linda pata trasera. Vivió el primer mes en casa debajo de una mesa, y poco a poco fue dejándose conocer y enamorándonos. Mi bichillo no duerme en la cama porque soy alérgica. Supongo que más de uno se preguntará que hago yo un gato y con alergia (realmente me lo han preguntado miles de veces). Mi primera intención era curarlo y buscarle un hogar, pero una vez curado fui incapaz de separarme de él, no puedo renunciar a su amor y su belleza por estornudar. De esta forma vivo plenamente feliz en un estado de semi-catarro permanente.
No se vosotros, pero creo que en este país tenemos un problema de respeto hacia los animales. Los vemos en las pajarerías, nos gastamos una burrada en ellos, muchas veces para "presumir" de tener un perro de una raza determinada, y no miramos lo importante, que los animales no son cosas puestas en un escaparate para uso y disfrute de la raza humana. A veces he visto personas delante de una tienda de animales, sin saber cuál se quieren comprar, si el pequeño cachorro bóxer, el lindo pastor alemán o tal vez un yorkshire que dará menos problemas. Yo también pasé muchísimo rato mirando a los perros adultos y entristecidos de la perrera, los que me hacían monerías para que me los llevase, decidiendo a cual salvar y a cual abandonar a su suerte. Mi perra no es la cosa más linda del mundo, pero para mí es la mejor, tan cariñosa, tan obediente y graciosa. Puede presumir de tener pedigree de varias generaciones de chuchos. Mi gato no es persa, ni de angora, ni siamés, pero tiene un carácter tan encantador y especial que es único en el mundo. No es necesario pagar 300€ para disfrutar de la compañía de un animal, no por costar x euros son mejores que los que están esperando una oportunidad al otro lado de una rejilla. Y ninguno, cueste dinero o no, merece ser abandonado (bueno, de este tema casi que mejor escribo un artículo otro día, que hoy no me quiero poner dramática y como empiece no acabo, se me llevan los demonios).
Mis niños son mi otra familia, jamás me han molestado… eso sin tener en cuenta que mi gato me ha roto más de un vaso, se afila las uñas en el sofá, araña a la perra ,se pasa el día pidiéndome comida y no duda en abalanzarse sobre ti cuando estás comiendo algo interesante. Juega con todo lo que pilla por la casa, y su filosofía de la vida con cualquier objeto es: “Si no se come, es un juguete”. Pero lo peor son los maullidos que pega, parece una bocina, ¡y no se cansa nunca!. Y mi perra de vez en cuando me pega un ladrido en el oído a las 4 de la madrugada. También me ha robado alguna chuleta del plato, o las magdalenas de chocolate, incluso una vez se comió los cables de la playstation (que cabrona). Pero es que luego, cuando estoy viendo los destrozos, me hacen esas cosas de bichos, de traer el muñeco, o ronronear, o darme besitos, que es que se me cae la baba. Y acabo riéndome de todo lo que hacen (bueno, lo de los cables de la play me llevó una temporada superarlo). Seré una pava, ¡¡pero soy feliz!!
¿Vosotros tenéis animales en casa? ¿Os han hecho alguna trastada digna de mención? ¿Sois felices?