miércoles, 28 de marzo de 2007

Cosas que pasan





Hay cosas que hacen que la vida valga la pena, y no me refiero a que me toque la lotería y no tener que volver a trabajar en la vida, me refiero a esas pequeñas situaciones surrealistas que planean por nuestra vida con cierta frecuencia. En mi caso muchas, ya que la mayorí­a de ellas se deben a despistes y otras veces a la influencia de terceras personas, o simplemente el destino que ese día esta gracioso con nosotros.

De coches y obras:

Llegas a la gasolinera, abres el depósito del coche, marcas la cantidad de combustible que quieres echar, introduces la manguera y empiezas a llenar el depósito, y cuando miras la manguera, estas echando gasolina en vez de gasoil. Solución: entras en la gasolinera, le dices amablemente a la chica que está allí que te has confundido y que si tienen algo para sacar la gasolina del depósito, te dice que no y piensas ¿cómo coño saco yo esto ahora? Llamas a alguien caritativo que te venga a ayudar, no sin antes reí­rte de ti mismo y decirte lo torpe que eres o que estas en la inopia.

Seguimos con los coches; todas las personas que conducen habitualmente se exponen a pinchar con el coche y normalmente esto no supone un gran problema, lo que pasa es que si no sabes dónde está el gato pues claro, la cosa se complica y te pones a buscar el extraño accesorio que tiene que estar por cualquier parte del coche, y después de buscar por todos los recovecos posibles pides ayuda , y otra vez cara de gilipollas, ¿cómo sabí­a yo que el gato iba a estar guardadito en un rinconcillo al lado del motor?.

Más de coches; esto pertenece a mi etapa de fumadora, ahora soy ex. Vas conduciendo por la carretera y con el mono te enciendes un cigarrito. Yo tenia la asquerosa, peligrosa costumbre de ir tirando la ceniza por la ventanilla y luego la colilla, pero estas son cosas que pasan, cuando crees que tu colilla está tirada en un arcén de la carretera la cosa va bien pero cuando miras por el espejo retrovisor y ves como hay humo en el asiento de atrás, pues la cosa no tiene ninguna gracia, paras corriendo en el arcén, te bajas y quitas la colilla que ha hecho un tremendo agujero en el asiento de atrás.

Hablando de bajarse corriendo del coche, quien no ha salido corriendo del coche y ha metido el pie entero en un charco, y como no mencionar cuando sin darte cuenta te metes hasta la rodilla en una zanja de hormigón o cuando estas tranquilamente esperando que llegue el autobús en una zona en obra, y un albañil se confunde y te tira una pala entera de cemento en los pantalones.

Cosas de casa y mujeres:

Milagrosamente no se en que estado de somnolencia , ha de estar una persona para utilizar la crema depilatoria como pasta de dientes o ¿cómo es posible que se te meta pasta de dientes en los ojos? y el despiste ha de ser tremendo para lavarse el pelo con el champú del perro, básicamente porque en la mayorí­a aparece una foto de uno, lo de la pesca en el wc. yo creo que soy una experta porque parece que tengo las manos de mantequilla y no hacen nada más que caerse cosas. Y a quién no se le ha terminado el butano en la ducha y se ha tenido que terminar de lavar con agua frí­a, o hablando de ducharse, a quién no le han tirado de la cadena y se ha abrasado.

Respecto a las cosas de mujeres, quién no se ha puesto una compresa al revés o quién no ha empezado con esos días del mes sin tener ningún remedio del universo femenino. En esas situaciones es cuando la imaginación va más allá.

Cosas de animales:

Esto son cosas del destino, que en el fondo es un cachondo, porque eso de salir por la puerta de tu casa toda mona y que un pájaro se haga sus necesidades en tu cabeza pues no es muy usual, pero pasa, y cómo no contar un caso en el que apareció un cliente con un caracol pegado en el pelo, claro yo no dije nada pero casi no le pude atender del ataque de risa que tenía. Otra cosa que no es muy normal es pisar un chicle en medio de la playa, tampoco es muy normal que estés sentada en la playa y que tu perro levante la pata y te haga pis encima, yo aún no me lo explico lo de este animalito, algo que puede ser más normal es pisar descalza sin darte cuenta sus desechos cuando te levantas en medio de la noche a beber agua, sigo con el perro ya que tiene la sana costumbre de leer a diario el periódico antes que tu o meterse debajo de un coche en un dí­a de lluvia y no querer salir de ninguna manera , claro son cosas que pasan.

Despistes:

Todo el mundo come, ¿no?, mi familia y yo también, lo único que esta vez me toca a mi hacer la compra de la semana, y me voy a última hora de la tarde/noche a un gran centro comercial que esta cerca de mi casa, corriendo porque no falta mucho para que cierren y yo voy con el carrito, llenándolo de cosas, carne, pescado, fiambre, verduritas, vamos todo. Llegan las diez y yo sigo comprando, total que al final casi que me apagan las luces y me echan; me pongo en la caja, paso toda mi compra y cuando voy a pagar me doy cuenta que no tengo el monedero y son más de las diez, con lo cual la cara de la cajera lo dice todo, y no solo la cajera, sino también de la reponedora que tiene que colocar el carrito entero en todas las estanterías. Pero bueno, son cosas que pasan.

Por desgracia no sólo se me olvida el monedero; si me voy de fin de semana se me olvida la ropa interior, el cepillo de dientes y el pijama. Es normal en mi lo de irme al campo y que se me olviden las botas, o ir al gimnasio y no llevar chándal, son cosas que pasan.

También son cosas que pasan que se me caiga el portátil al suelo o limpiar la pantalla del ordenador con un trapo que alguien ha llenado de arena de la playa y tú no te has dado cuenta.
Uno de los grandes despistes que recuerdo fue el meterme en la misa de un funeral que no era de mi familia, y ponerme en primera fila con mi madre. Yo por más que miraba no veí­a a nadie conocido, hasta que el cura nombra al muerto y Don Rafael no tení­a nada que ver conmigo. Ya me veía ya dando el pésame a su familia, hasta que un primo de mi madre nos da una palmadita en la espalda casi terminando la ceremonia, y nos dice: ¡salid fuera que nos hemos confundido de iglesia ¡ Son cosas que pasan.





jueves, 22 de marzo de 2007

UN SONETO

PIU AVANTI!

No te des por vencido, ni aún vencido,
no te sientas esclavo, ni aún esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y acomete feroz, ya mal herido.

Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde estupidez de pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.

Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua, y no la implora...

Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza!

ALMAFUERTE

lunes, 19 de marzo de 2007

Todos distintos, todos iguales


Me pregunto hasta qué punto somos nosotros mismos o lo que nos han enseñado que debemos ser. Vestimos como se viste la gente que nos rodea, comemos todos casi lo mismo, hablamos igual, hacemos las mismas cosas, intentamos tener una talla determinada por la que nos torturamos con dietas, y hasta amamos igual (todo generalizando, por supuesto). Al día de hoy, casi todos vamos en vaqueros, utilizamos las mismas expresiones y muletillas, tenemos aspiraciones parecidas, llevamos un móvil encima, y buscamos una pareja ideal. ¿Pero qué hubiese sucedido si por ejemplo hubiésemos nacido en otro país? Ahora mismo pienso que lo mejor es tener a mi pareja, sólo los dos, pero ¿no existen otras culturas que defienden la poligamia? Cierto es que este tipo de sociedades favorecen más a los hombres, pero ¿y si yo fundase un país y una cultura en la cual desde que la gente naciese se le inculcase la idea de que para ser felices necesitan, por ejemplo, un matrimonio con dos personas del sexo opuesto? ¿Y si dijese que en el nuevo canon de belleza es imprescindible la celulitis y los michelines? ¿O que para que la vida fuese plena, lo mejor es irse a una ONG a ayudar a los demás? ¡Salvaríamos el mundo! Si desde niños hubiésemos crecido con esos ideales, no los cuestionaríamos, los aceptaríamos como algo natural.
Para mi gusto, la peor idea que compartimos todos es el canon para ser felices. Es sorprendente que las cosas que consideramos indispensables para nuestra felicidad sean también tan parecidas. Nuestras metas son para casi todos las mismas: encuentra trabajo, cómprate una casa que cueste de 30 a 50 kilos de las antiguas pesetas, hipotécate de por vida, cásate, ten hijos, no pases de la talla 38, haz lo posible para que no se te note que te haces mayor... y qué difícil se hace a veces ser felices viviendo de alquiler o cobrando menos de 1000 € al mes. Es una pena que tengamos estos raseros tan altos, se pierde un poco la percepción de lo que es realmente importante. Yo por ejemplo, cuando hablo de mi vida, siempre hay gente que me saca muchísimas pegas, entre las que destacan: '¿aún no te has comprado una casa? Qué mal, ¿no?', 'Vaya, has engordado bastante, deberías ponerte a dieta', '¿sólo cobras eso?'. A veces es difícil recordar lo poco que necesitamos para estar bien, y desvaloramos lo que tenemos porque nos ciega el pensar que hay algo mejor. ¿Quién ha establecido esto? ¿Quién dicta las reglas de mi vida y de la gente que me rodea? ¿Quién ha establecido que mientras mi sueldo no pase de 1500€ y no me haya comprado una casa, no podré decir que he triunfado en la vida? ¿Y cuando mi vida será perfecta? ¿Me pasaré el resto de mis días anhelando lo que no tengo, celebrando pequeñas metas alcanzadas para al día siguiente fijarme otras nuevas?

No se si me lo dijeron o lo leí en alguna parte, pero se me viene a la cabeza una frase: si corres demasiado, no tendrás tiempo para oler las flores del camino. Yo desde luego no quiero perderme ni una margarita, ¡y eso que tengo alergia al pólen!

martes, 13 de marzo de 2007

Cibersexo




"Si vas a hacer algo relacionado con el sexo, debería ser cuanto menos genuinamente perverso."
MORRISON, Grant

Las relaciones entre las personas siempre han sido complicadas, ya sean relaciones de carácter afectivo, sexuales o afectivo sexuales, que como ahora está de moda analizar todo pues yo no voy a ser menos , la manera que tenemos de relacionarnos con los demás va cambiando según van avanzando las tecnologías ,porque no creo yo que mi abuela la pobre se pueda imaginar esto del cibersexo, en su época lo mas normal era escribirse una carta de amor y supongo que las mas atrevidas pondrían algo picante , pero ya se sabe que en esa época nada de nada , luego en la siguiente generación el teléfono y con él, el sexo telefónico , que tiene que tener su gracia ,eso de tener ganas de practicar sexo y llamar a tu pareja y empezar con la faena , y ahora nuestra generación , la que lo tiene todo sexo telefónico , sms guarrindongos , e-mails calentones y cibersexo que esto es lo que me llena de curiosidad y de preguntas .
Por ejemplo: si practico cibersexo y tengo pareja, ¿estoy siendo infiel? , si practico cibersexo con dos personas a la vez ¿estoy haciendo un trío? y si hay mas gente ¿una orgía?, no se son cosas que al hablar de esto se me vienen a la cabeza, ¿será que tengo la mente calenturienta? , ¿Hasta qué punto estas relaciones pueden sustituir a las de toda la vida? , yo creo que lo ideal es complementar estas con las otras y utilizarlas como precalentamiento, porque si solo se practicase el cibersexo, ¿no se perdería todo lo que hace que la relación sea interesante?, ahí me refiero a los cinco sentidos el gusto, el olfato, el tacto, la vista, el oído en fin todos los sentidos que interactúan con el sexo tradicional.
El uso de las webs cam tiene que cambiar un poquito la cosa, porque por lo menos estas viendo lo que hace la otra persona, y es ahí donde la imaginación tiene que campar a sus anchas, entre eso y el vogegur que todos llevamos dentro la cosa tiene que subir un poco de tono, y llegados a ese punto, ¿no tendrían que avanzar las tecnologías al tele transporte? , porque tiene que ser muy duro aguantar esa situación solo/a.




jueves, 8 de marzo de 2007

¿Lobo o cordero?


Tengo una amiga sorprendente. Antes era mi vecina, y cada noche sacabamos juntas a los perros. Ella subía a recogerme, yo cogia a mi perrita y las bolsas de basura que mi madre me debaja en la entrada, y nos ibamos a pasear y contarnos cotilleos. Lo único raro fué que en aquella temporada tuve que bajar mas bolsas de basura de las que imaginaba. Nunca me fijé demasiado en que de 3 bolsas, dos eran negras y una rosa. Y no sospechaba de la sonrisita pícara de mi amiga. ¡Imaginaos la cara que puse cuando me confesó con un ataque de risa que cuando subía a buscarme me dejaba su propia bolsa! Aún se me saltan las carcajadas cuando le cuento esta anéctoda a alguien. Es una cosa curiosa cómo actúa la confianza. Creo que una historia tan simple como esta explica muy bien los engaños y desilusiones, ya sean pequeños e inocentes como este, o a gran escala, capaces de arrasar una parcela de tu vida. Cuando confías en alguien, parece que la mente se cierra y no puedes ver más allá. No es que estés ciego y no quieras abrir los ojos, simplemente tu mente no concibe que algo puede ir mal. Cuando no hay razones para dudar puedes vivir un engaño en tus narices y no verlo.
Supongo que todos nos hemos llevado algún palo de alguna persona a la que queríamos, ya sea un amigo, un novio, un familiar.. Cualquiera que haya vivido esto sabrá que se pasa mal, son momentos que te hacen recordar forzosamente que tus pilares a veces se tambalean, que las cosas no son tan seguras como tu pensabas.
¿Pero no es fantástico como poco a poco todo vuelve a su sitio y seguimos adelante? Cuando alguien en quien no teníamos mucha fe nos sorprende, cuando la ayuda vino de la persona menos esperada, o cuando compartes un momento de complicidad con una persona con la que tuviste una mala historia, son cosas que a mi particularmente me devuelven la vida. Es genial recuperar la confianza en alguien, y no perder nunca la esperanza. Y es aun mejor cuando alguien a quien tú decepcionaste vuelve a creer en ti. A veces parece que le damos demasiada importancia a nuestra vida y no pensamos demasiado en los demás, en los motivos que les llevó a cometer lo que a nuestros ojos puede ser alta traición. Y seguro que nosotros somos los primeros que hemos ofendido a alguien y no hemos entendido porqué se lo ha tomado tan mal. Lo que está claro es que la traición sólo existe en el punto de vista del traicionado.
Siempre me han dicho que confío demasiado en la gente, y luego me llevo muchas desilusiones, pero seguro que también me he llevado más alegrías que si hubiese pasado los años sumida en el recelo. ¿Tenéis en vuestra agenda el número de alguien a quien jurásteis que no volveríais a hablar, y con quien seguís en contacto? Yo tengo más de uno, y recibo llamadas de otros que en su día me borraron a mí.
Alguno pensará que nunca aprenderé, que vivo en un mundo inexistente. Es posible, pero soy más felíz asi, y puedo decir con orgullo que si mi amiga Savanna volviese a dejar una bolsa de basura en mi puerta, la bajaría pensando que es mía.

martes, 6 de marzo de 2007

Yo, yo misma y mis otros yo



"La personalidad de la mujer es poco personal, o dicho de otra manera: la mujer es más un género que un individuo".


ORTEGA Y GASSET, José


Normalmente uno no siempre es el mismo, según las circunstancias se comporta de una manera o de otra, hasta ahí todos de acuerdo , pero en el caso de la mujer y en el mío propio es diferente , sobre todo en mis otros yo.

Está el yo que conoce la gente, gente con la que tienes trato pero no llegan ha ser allegados tuyos , compañeros de trabajo, vecinos , clientes, el del banco ( a este por desgracia todo el mundo lo conoce), algunos familiares (en mi caso casi todos), en general conocidos de vista con los que puedes cruzar algunas palabras de vez en cuando , este yo es más o menos cordial y educado ,es el yo más formal , este intento que no tenga mucha relación con mis otros yo.

Yo misma, este es el que los más íntimos conocen, tus mejores amigos/as , tus familiares más cercanos, las personas por las que has podido sentir afecto ( en algunos casos más que sentir afecto , he estado afectada...), con ellos/as más o menos te sueltas las melena y eres más tu , te conocen en los buenos y malos momentos , conocen tus debilidades ( las buenas y las malas ), y te permiten que dejes de ser educado y correcto, y tienen en ocasiones relación con mis otros yo.

Mis otros yo, son los que durante un periodo de tiempo todos los meses me visitan sin cita previa y sin permiso y durante este periodo no hay quien me aguante ( ni siquiera yo , si me pudiese evitar me evitaría), en mis otros yo mi paciencia queda relegada a un segundo plano , y en su lugar me visita algo que yo llamo “ la chispa” porque estoy a la que salta, tengo una extraña sensibilidad a la que le afecta todo y cuando digo todo es todo hasta la cosa más insignificante , durante este periodo de tiempo es casi imposible dominar tus sentimientos y el no poderlos controlar hace que todavía te sientas peor, así que el resto del mes yo misma , intento arreglar los pequeños o grandes problemillas que mis otros yo causan en mi vida.


jueves, 1 de marzo de 2007

Sobre el paso del tiempo...



No sé en que momento deje de ser adolescente y me convertí en.. ¿post-adolescente? ¿Adulta? porque realmente adulta no me siento, pero soy consciente de que he dejado lejos los 17 años. Ahora abro el armario, y entre las prendas que ya no me caben y las que ya no me atrevo a ponerme, he tenido que renovar el 90% de mi ropa. Eso si, me resisto a regalar todos esos fantásticos pantalones talla 36/38 por si alguna dieta milagrosa surte efecto. Ya no me sé la letra de las canciones del verano actuales, como mucho alguna de Bisbal. Ya no me piden nunca el carné en las discotecas. He pasado de salir viernes y sábado hasta las 7 de la mañana, al nuevo mundo de las cenas de pareja y el cine. En las tiendas empiezan a tratarme de señora (¡pero a quien se le ocurre, si salta a la vista que soy jovencísima, deberían llamarme chiquilla!). Cuando salgo con mis amigas, si alguna noche paso de las 5 de la madrugada se lo cuento a todo el mundo a lo largo de la semana siguiente, al grito de: “¡¡¡que joven soy!!!”.
Es algo increíble lo rápido que se me pasan ahora los años, desde que cumplí los 20 es como si alguien hubiese puesto un acelerador en mi reloj. Ya me ha sucedido varias veces el contar alguna anécdota divertida que hubiese jurado que sucedió hace un año o dos como mucho, y cuando me pongo a pensar en ello seriamente me doy cuenta de que paso hace ya 7 años. En realidad esto no me importaría si me sintiese mas preparada, pero no es así, aun me siento joven, pero luego veo a la gente joven de verdad y es como si yo envejeciese. Veo a conocidas mías casándose, siendo madres, comprándose casas, y yo cada día que pasa, mas inmadura y con mas miedos. Lo que me está dando la edad es una inestabilidad que no conocía en mí. Un día me quiero casar y ser madre, al día siguiente quiero tener 15 años el resto de mi vida y estar cada noche de juerga. Todavía no me creo que me queden menos de 3 años para cumplir los 30. ¿Cuándo se supone que me voy a sentir 'estupenda e interesante', como todas las protagonistas femeninas que están ahora tan de moda en las series, y que se sienten de maravilla con su edad madura recién adquirida? Eso si, se dice que la mujer alcanza su plenitud sexual a partir de los 30, de lo que se deduce que… ¿Lo mejor está por llegar? Espero impaciente. ¿A alguien más le pasa lo mismo? ¿O soy yo y mis neuras?
Por cierto, si alguien pasa de los 30 y no ha vivido esa plenitud sexual, que no me lo cuente, no quiero saberlo…